El inmigrante ilegal favorito de Estados Unidos vuela otra vez sobre Metrópolis en la visión desde cero de James Gunn, director-héroe geek quien recién entrado como nuevo mandamás de DC jubiló a Gal Gadot como la Mujer Maravilla, a Jason Momoa como Aquaman y, por supuesto, a Henry Cavill como Superman. Su nuevo Superman es un compacto vodevil multitemático envuelto en angustias muy actuales: Gunn equipara a los miles de trolls que pululan las redes con monos amaestrados y presenta las guerras intestinas del Medio Oriente con un punto de vista que no teme sentir simpatía por el paralelo real con el pueblo palestino ni con las crisis de migrantes.
Superman es un buen blockbuster, redondo en sus ambiciones de recolocar una franquicia al frente y por encima de los estrepitosos fracasos de DC que cerraron la Era Snyder –Flash, Shazham: La furia de los dioses, Black Adam, Aquaman y el reino perdido–. Es entretenido, cautivante y David Corenswet da la talla en el rol central, aunque no nos hace olvidar del todo a Cavill. Habrá que ver lo que se viene, porque si Gunn deja algo en claro, es que estamos en el mismo espacio-tiempo que el Peacemaker de John Cena, lo que equivale a decir que también de la Harley Quinn de Margot Robbie, de la Amanda Waller de Viola Davis, del Joker de Jared Leto… De hecho, la aparición del perro Krypto tiene sorpresas propias.
Luego de presentar su historia con una extraña obsesión con el número tres (“treinta años, tres días, tres horas”) entramos de lleno a la acción. Gunn no quiere perder tiempo mostrando de nuevo el arribo del baby Kal-El a la Tierra así que tenemos a Corenswet como el nuevo “Hijo de la Estrella” (“Kal-El” en kryptoniano antiguo, obvio) enfrentando las fechorías de Nicholas Hoult como un Lex Luthor hipertecnificado y completamente obseso con Superman, al punto de conocerle cada movimiento y anticipar el contraataque con que le hará daño. Se deja como dato tácito que ambos tienen una larga historia previa.
No soy fan de Nicholas Hoult y en esta ocasión no haré excepciones. Si comparamos la distancia etárea entre el maduro Gene Hackman como Luthor y el joven Christopher Reeve como Superman en la versión de 1978, el peso dramático es otro, muy enorme. Dígase lo mismo de otros Luthors: ya mayor, Kevin Spacey fue interesante en Superman Returns; hasta Jon Cryer (el patético Alan de Two and a Half Men) ha dejado huella en el Arrowverse allí donde Jesse Eisenberg en La liga de la justicia nunca existió. Un antecedente airoso de Lex Luthor de la misma edad de Superman está en la serie Smallville, pero allí había un extenso arco dramático. Mi punto es: ante un superhéroe tan grande como Superman, necesitas un villano con un ‘gravitas’ contundente por doquier. El Luthor de Hoult –siempre con la mirada encendida, casi llorosa, siempre frustrado– es poco más que un millennial haciendo una extensa, monumental pataleta.
Los fans de Marvel identificarán algunos robos de Gunn de su casa previa: ¿Estos enfrentamientos no los vimos en La era de Ultron? ¿Esto de las celdas y escapes galácticos no es Guardianes de la galaxia, o acaso el uso de música pop vintage? Con su nueva camiseta DC bien puesta, Gunn nos muestra incluso el Salón de la Justicia por primera vez enorme y majestuoso… habitado por cuatro gatos. En realidad, tres: la peruano-estadounidense Isabela Merced es Hawkgirl, Edi Gathegi es Mister Terrific y Nathan Fillion como un Linterna Verde con uno de los peores peinados jamás vistos en el cine de superhéroes.
Hay explicación para colocar estos personajes: aún no hay nueva Mujer Maravilla ni Aquaman ni Batman versión Gunn. Y el Linterna Verde de Nathan Fillion aparecerá en las series Peacemaker temporada dos (junto a esta Hawkgirl) y ‘Lanterns’, aún en producción. De los tres, el destaque se lo lleva Mister Terrific. Los más agudos identificarán personajes de la serie Creature Commandos así como la fugaz aparición de Maxwell Lord. Los buenos oficios de actorales y las acrobacias de la puesta en escena amortiguan la sensación de estar viendo personajes-ripio.
¿Algo sobre Lois Lane? En su afán de criticar las redes sociales, los manejos oscuros de la política y los influencers (la bella modelo Sara Sampaio actualiza a la novia de Luthor, Eve Teschmacher, siempre con un celular en la mano), James Gunn confunde el periodismo incisivo con el cinismo. La química Lois-Clark es tenue, y Lois aparece más como una periodista desinformadora de Fox News que una profesional seria. De ciencia ficción además la conexión Jimmy Olsen-Eve, como eso de tener un periódico exitoso y enorme en 2025, cuando los medios están en escombros. Ah, el perro Krypto corre y corre cuando puede volar, y hay momentos en que realmente se hace antipático. Y Bradley Cooper aparece también, quizás como favor de Gunn luego de solo dar la voz de Rocket, en el peor casting de todo el filme. Aguzen la mirada y lo verán.
Bienvenidos, ahora sí, a la era Gunn.
CALIFICACIÓN: 4/5