Adriano es un restaurante español que hace pocos meses abrió su imponente puerta para recibir a los bogotanos con una propuesta que rescata la cocina tradicional española, pero dándole algunos toques que la hace más cercana al paladar latino. Además, incluye ingredientes colombianos que logran destacar lo mejor de dos culturas que llevan siglos entrelazadas.
Aquí la Historia tiene un papel muy importante, no solo por la tradición gastronómica que impregna el menú de Adriano, sino porque hace parte de un proyecto mucho más desafiante, donde dialogan permanentemente el legado cultural y la creatividad de un mundo contemporáneo.
Casa República está ubicada en una mansión de estilo neoclásico, la cual perteneció al Club Médico desde 1965, aunque se estima que su construcción se llevó a cabo en 1945. El club fue sede de importantes eventos de Bogotá, locación de varias producciones cinematográficas y, sin duda, un referente arquitectónico y cultural de la ciudad. Sin embargo, la época dorada de la emblemática casa empezó a opacarse y los socios quisieron reabrir sus puertas para que la gente de la ciudad pudiera disfrutar del lugar.
Adriano es un restaurante español que hace pocos meses abrió su imponente puerta para recibir a los bogotanos con una propuesta que rescata la cocina tradicional española.
Así fue como un grupo de jóvenes emprendedores volvió a darle vida, embarcándose en una restauración llena de desafíos. El trabajo iba más allá de una remodelación. Se trataba de entender un espacio patrimonial, conservarlo, y transformarlo, dejando que la casa —y toda su historia— marcara el ritmo del proyecto. Había que estar a la altura y entablar una conversación con los recuerdos que guardaba. Un proceso que le tomó al equipo más de un año.
La remodelación de la casa estuvo llena de desafíos. Aquí puede evidenciarse el majestuoso resultado.
Es así como Casa República se convirtió en un sueño construido con paciencia, y con toda la responsabilidad y respeto que implica la acción de restaurar. Un sueño que promete convertir a Adriano en el hogar de varios proyectos creativos y marcas de alto nivel.
Basta con poner un solo pie allí para sumergirse en un mundo de eclecticismo y arte, donde confluyen sus escaleras enormes, las molduras del techo y las imponentes columnas que están intactas desde su fundación. Pero también resaltan elementos más contemporáneos como sus obras de arte, un espectacular espejo de madera tallado a mano, la selección musical y la magia particular que tiene cada una de sus salas privadas.
Un sueño que promete convertir a Adriano en el hogar de varios proyectos creativos y marcas de alto nivel.
El menú de Adriano no se queda atrás: entra a formar parte de este compás de talentos. Con la plena convicción de que la cocina también es una expresión artística —aunque cubra una necesidad básica del ser humano—, Felipe Giraldo decidió traer esta propuesta española, resultado de su extensa formación en muchas cocinas europeas, e integrarla con ingredientes locales, con un servicio impecable.
“Lo local está de moda, y eso es muy bonito. Ha hecho explotar nuestra gastronomía”, asegura Felipe, chef ejecutivo de Adriano.
Sin presunciones ni esnobismo, este restaurante hace lo que el arte tiene que hacer: crear grandes historias. Y Adriano llegó con mucho por contar.
Nuestros recomendados de la carta:
Canelón de rabo, el recomendado de Relatto.
*Para empezar, un pulpo a la parrilla con romesco, sobre una crema de perejil, patatas confitadas y vierge de pimientos amarillos macerados; y las tradicionales “Patatas bravas Porta Gayola”, preparadas con papas criollas crocantes, salsa brava con vinagre de Jerez y alioli.
*Un plato fuerte: canelón de rabo, un clásico madrileño relleno de estofado de rabo de ternera cremosa, con alfredo de manchego trufado, jugo de su carne y reducción de vino tinto con avellanas crocantes.
*En coctelería, no se pueden ir sin probar las tradicionales sangrías de la casa y el Cóctel de Albacete Trufado: un cóctel amargo y potente, inspirado en los negronis, con ginebra y un toque de trufa.