Relatto | El cuento de la realidad
Relatto | El cuento de la realidad

Por:

En un mundo de fantasía donde los Estados Unidos tienen una presidenta (ja) de raza negra (jaja) a quien le importa la paz mundial (jajaja), el agente Ethan Hunt (Tom Cruise) tiene asuntos pendientes. Siguiendo el hilo del filme anterior, Hunt tiene que darle caza al terrorista internacional Gabriel (Esai Morales), personaje clave para derrotar a una poderosa Inteligencia Artificial llamada La Entidad que está a punto de apoderarse de los arsenales nucleares del mundo para devastar a la humanidad. 

Esa es la trama de Misión imposible: Sentencia final, que cambia de nombre de modo significativo (la primera parte era Misión imposible: Sentencia mortal – Parte 1, esta debiera ser “Parte 2”). En algún momento de estos años de interregno y después de 30 años interpretando al agente Hunt, Tom Cruise debe haber dicho “basta”. Dejar la colita de “Parte 2” en el título hubiera dejado entreabierta la puerta a un nuevo título en unos años. Sentencia final deja claro que hasta aquí nomás, que no habrá retorno, que aquí la saga –al menos, con Cruise al frente– se da por terminada. 

Por ello, todo el filme está impregnado de un sentido de despedida, de homenaje permanente al camino recorrido, en múltiples imágenes y en el cierre de un arco sorpresa con un personaje sacado de la manga de los tiempos del primer filme, dirigido por Brian De Palma en el antediluviano 1996. Es emotivo, sí, tiene sentido, puede ser. En tiempos del streaming borboteando temporadas completas de series en un mismo día, el recurso le devuelve a la franquicia el aroma televisivo del original de 1966. 

Cruise hace increíblemente bien lo suyo, y con ese físico extraordinario de 60 años –al  tiempo de filmación– lo da todo en larguísimas secuencias bajo el agua, corriendo como él solo sobre el puente de Westminster o en acrobacias sobre las alas de dos biplanos de la Segunda Guerra Mundial en pleno vuelo. Pero el foco del director Christopher McQuarrie está tan encima de su estrella que no hay tiempo de lucimiento de nadie más: esto es Tom Cruise y una docena de actores tratados como segundones y punto.

Ni siquiera el Gabriel de Esai Morales tiene mucho para hacer ni decir. De hecho, una escena de Consejo de Guerra tiene varios rostros juntos que sorprenden (¡El actor de Sherlock! ¡El de Mindhunter! ¿Ese moreno no es uno de los militares de Top Gun: Maverick? ¡Nick Offerman de Parks and Recreation!). Pom Klementieff inexplicablemente habla francés toda la película en su rol de la asesina redimida Paris, y todos la entienden. ¿Hunt realmente desarrolla algo así como amor por Grace (Hayley Atwell)? Díganlo ustedes. 

Con toda su espectacularidad y capacidad de tensionarnos, Misión imposible: Sentencia final es un gran blockbuster que, sin embargo, se siente denso, claustrofóbico, asfixiante, desprovisto del carácter refrescante de todas las entregas anteriores, más allá de su habilidosa capacidad de que nos angustiemos por cuentas regresivas de reloj que –presentimos, sabemos, ¡es obvio!– nunca llegarán a cero. Hay maestría en eso de sabernos engañar con el mismo truco una y otra vez. 

Es injusto además que el filme dependa tanto de la película previa: son tres horas, hay varios hilos que solo tienen sentido se vio (y se tiene fresco) todo el argumento anterior, y buena suerte entendiendo los tecnicismos con que nos explican el razonamiento del problema entre manos en los primeros 10 minutos. 

Lo que nadie niega es que Misión imposible: Sentencia final es una gran despedida, o algo así hasta que los mandamases de Hollywood así lo decidan. 


CALIFICACIÓN: 4/5


 

Más de esta categoría

Ver todo >