Relatto | El cuento de la realidad
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¿Quién era Amy Adams antes de Encantada? Una relativa desconocida con algunas apariciones en televisión (una de las más memorables, en el episodio “Hot Girl” de 2005 en The Office) y una nominación a Mejor Actriz de Reparto por la buena cinta independiente Junebug, también de 2005. Un año antes, en 2004, Adams incluso era aún rubia –su color natural de cabello–, y había financiado sus primeros años de actriz aspirante vendiendo ropa en Gap y vistiendo los provocativos shorts naranjas y body blanco ajustado de Hooters. Convertida en pelirroja, Adams pasó el casting de Encantada.

La gran Amy Adams, en el papel de "Encantada".

Encantada fue el placer culposo de 2007; un éxito en taquilla que fusionaba animación con actores de carne y hueso en una historia que tomaba los cuentos de hadas de la fábrica Disney y les rendía tributo, al mismo tiempo que les faltaba el respeto. Así, además de palomas cantarinas, teníamos ratas y cucarachas al servicio de Giselle (Adams), una hermosa princesa salida del reino ficticio de Andalasia que terminaba perdida en Manhattan. Allí conocería al atractivo viudo y padre soltero Robert (Patrick Dempsey), de quien quedaría enamorada. Kevin Lima, el director del filme, pugnó para elegir a Adams entre las más de trescientas aspirantes al rol –y por encima de actrices con rango de estrella– porque “su compromiso con el personaje, su capacidad para abandonarse en el ser del personaje sin juzgarlo nunca fue abrumadora”. Adams además de lucir como una princesa por su natural belleza, podía cantar y bailar siendo femenina sin ser sensual –requisito para un filme familiar–, sacando a relucir sus años de entrenamiento en ballet. 

Disney no supo bien qué hacer con el éxito inusitado de su nueva estrella. Aun siendo muy popular, Giselle por años fue la única princesa de Disney que no contaba con una versión de muñeca de juguete y que tampoco era incluida en los especiales de marketing cuando se reunían a otras protagonistas como Blancanieves, Cenicienta, Ariel o Bella. Debido a los derechos de su imagen, la casa del Ratón Mickey le hubiera tenido que pagar millones extra a Adams por concepto de regalías, así que Giselle simplemente ha existido en las promociones oficiales de la película, y casi nada más. 

Encantada fue el placer culposo de 2007; un éxito en taquilla que fusionaba animación con actores de carne y hueso en una historia que tomaba los cuentos de hadas de la fábrica Disney y les rendía tributo, al mismo tiempo que les faltaba el respeto.

Ahora dirigida por Adam Shankman (quien nos dio el fabuloso remake de Hairspray en 2007), Desencantada retoma la historia de Encantada diez años más tarde (en realidad, han pasado 15), cuando Giselle y Robert ya son esposos y tienen una bebé llamada Sophia. La hija adolescente de Robert, Morgan (Gabriella Baldacchino), está en el peor momento de su adolescencia y pelea a diario con su madrastra, y la vida en Manhattan es demasiado caótica para Giselle. Así, deciden irse a Monroeville, un suburbio donde el poder social lo ostenta la insidiosa Melvina Monroe (Maya Rudolph), junto a sus compinches Rosaleen (Yvette Nicole Brown) y Ruby (Jayma Mays). Desesperada al ver que tampoco en Monroeville puede encontrar la felicidad que tanto añora, Giselle recurrirá a la magia y convertirá a Monroeville en “Monroelasia”, una versión de su querida Andalasia de cuentos de hadas. 

Giselle (Adamas) y Robert (Dempsey), la bebé Sophia y Morgan (Gabriella Baldacchino), la hija adolescente de Robert.

Pero al ser ella misma ahora la madrastra de Morgan, resulta que las madrastras de cuentos de hadas son malas, así que ahora Giselle podría convertirse en todo lo opuesto a lo que siempre soñó.

Las malas noticias son que, aún con el reparto que ya conocemos de vuelta (salvo Baldacchino, quien reemplaza a Rachel Covey en el rol de Morgan), Desencantada adolece de falta de fuerza y es un producto demasiado alejado de la frescura de la cinta original. Hay magia irrepetible en el cine y este es uno de los buenos ejemplos. Disney aplica la misma fórmula de secuelas recientes como Abracadabra 2 (Hocus Pocus 2) y lo apuesta todo por efectos digitales y escenarios coloridos que resultan extravagantes y plastificados. Adams luce irregular en su rol, difícil de creer en los primeros quince minutos (cuánto luce esta performance a una variación de Mary Poppins) pero luego calibrándose mejor hasta impresionarnos cuando alterna entre “Giselle buena” y “Giselle mala”, al mejor estilo de Gollum-Sméagol. El resto es una producción estándar de Disney para la televisión con los mismos recursos de películas juveniles como Descendants

Pero al ser ella misma ahora la madrastra de Morgan, resulta que las madrastras de cuentos de hadas son malas, así que ahora Giselle podría convertirse en todo lo opuesto a lo que siempre soñó.

En el match de “mala contra mala” entre Rudolph y Adams es obvio que se la pasaron muy bien, lo mismo que en las escenas de Patrick Dempsey (¡por fin cantando y bailando!) pero lo que entendemos es que esta no es más la historia de Giselle, sino la de Morgan, quien está atrapada en el lío entre dos brujas. Es demasiado peso para los hombros para Baldacchino, quien en sus escenas de canto luce aún temerosa, con un camino por recorrer. No está a la altura de lo que otras actrices jóvenes de Broadway pudieran haber hecho con el rol, y se entiende que su mayor mérito es su parecido físico con la defenestrada Covey.     

Desencantada padece además de falta de canciones memorables, (no hay una “Happy Working Song”, ni menos la pegajosa –y gloriosa– “That’s How You Know”) y se nota la falta de fe de sus productores al haberla enviado directo a streaming sin haberla paseado por cines. Podemos vivir con Patrick Dempsey con más canas y Amy Adams luciendo más señora. Con lo que no podemos es con una secuela concebida como un ocioso ejercicio del Disney más tonto, allí donde Encantada era precisamente una afrenta creada con inteligencia contra todo aquello. Las culpas pueden apuntar a Shankman, pero lo cierto es que hay muchas manos metidas en este fiasco, desde experimentados productores como Barry Sonnenfeld como –por desgracia– la misma Adams. 

No se desencanten, yo lo hice por ustedes. Vayan mejor y revisen la Encantada original. Esa sí ha resistido bien el paso del tiempo.

Podemos vivir con Patrick Dempsey con más canas y Amy Adams luciendo más señora. Con lo que no podemos es con una secuela concebida como un ocioso ejercicio del Disney más tonto.            

FICHA TÉCNICA

Película: Desencantada

País: Estados Unidos

Año: 2022

Director: Adam Shankman

Protagonistas: Amy Adams, Patrick Dempsey, Maya Rudolph, Idina Menzel; James Mardsen 

Disponible en: Disney+

Calificación: 2/5

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