Relatto | El cuento de la realidad
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¡Bravo, Ana de Armas! La estrella latina remonta el bajón de la impresentable Ghosted de 2023 con un spin-off que está muy a la altura de la franquicia original de John Wick. Con credenciales para la acción ya mostradas en su recordado rol de Paloma en Sin tiempo para morir de 2021, la cubano-española reparte buenos golpes y recibe otros tantos con fuerza y vibra propias. Bailarina tiene además algunas de las mejores escenas de combate cuerpo a cuerpo del año, con algunos altibajos en el ritmo, eso sí.

Estamos en un tiempo intermedio entre las cintas 3 y 4 de John Wick. Antes, conoceremos los orígenes de Eve Macarro (De Armas), una huérfana extraída de los brazos de su padre en circunstancias violentas y formada como asesina por la ‘Rusca Roma’, el clan del cual John Wick (Keanu Reeves) forma parte. Aparecen el ya fallecido Lance Reddick como Charon, el solícito concierge del gangsteril Hotel Continental, junto a Ian MacShane como el oscuro dandy Winston Scott y la gran Anjelica Huston –hija del maestro John– como los mandamases del circo. 

Bailarina demora un poco en tomar forma, con elementos del guion demasiado cercanos a ficciones recientes como Black Widow u Operación Red Sparrow con Jennfier Lawrence –la niña con la infancia robada convertida en arma para matar—. Es cuando entramos en calor que la cosa se pone buena, literalmente, con todo y una secuencia de lucha con lanzallamas que debe ser una de las más feroces de cine de acción reciente. Algo más: Bailarina le aumenta al ‘gore’ yendo por donde John Wick nunca fue. Digamos que la cinta se regodea de placer mostrando a los malos volar en pedazos.

El mérito es, por supuesto, de De Armas, quien a sus 37 años interpreta con total credibilidad a una joven sicaria en sus primeros veintes, con un guion liberado de las urgencias masturbatorias de los guionistas varones promedio. La símbolo sexual De Armas no tiene que acostarse con nadie, no se desnuda, y lo máximo de sexy que la vemos en pantalla es por un vestido de fiesta que tiene mucho sentido porque esconde sus cuchillos en el muslo. Asimismo, Eve no es invencible y no pretende serlo: es una asesina en formación que comete errores y que recibirá un jalón de orejas (y de otras partes) del mismísimo Baba Yaga. 

Aplausos también para el director Len Wiseman, a quien le debemos nada menos que las dos primeras cintas de Underworld con Kate Beckinsale. Wiseman nos envuelve en el mundo inverosímil de John Wick, donde basta cubrirse con el saco de las balas y no nos quejamos, gracias a unas cuidadísimas coreografías y sorpresa tras sorpresa porque se echa mano de lo que haya cerca para matar: desde vajilla hasta patines para el hielo. Una sorpresa también la presencia de Catalina Sandino, la recordada protagonista colombiana de María llena eres de gracia (2004), en un rol que hace sentido con legítima sorpresa. Siempre me quejaré de que Norman Reedus luce como Daryl de ‘The Walking Dead’ en todos sus roles, pero a estas alturas parece que eso es lo que se quiere. Y por el lado de los malos, el eterno Gabriel Byrne es otro peso pesado del bajo mundo. Véanlo nada más. 

Bailarina tiene todos los elementos que buscan los fans de John Wick, incluyendo a Keanu Reeves y los villanos –hombres y mujeres– muriendo cual cucarachas por decenas en cada enfrentamiento. Tiene también un sabor propio, ya que De Armas le imprime fragilidad a su versión de sicaria con rostro dulce y ojos caramelo. 

Y eso que no les he contado de la brevísima secuencia de un inesperado choque con balacera intensísima: 10 segundos que para mí son de lo mejor del filme. Como decía, solo véanlo. 


CALIFICACIÓN: 4/5

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