Relatto | El cuento de la realidad
Julia Alegre
Julia Alegre
España

Cada vez que me piden que me describa y relate mi experiencia me pongo nerviosa y colapso. Siento que soy muchas cosas y he sido muchas personas –y las que me quedan por ser– y no sé bien por cuál decantarme. Trataré de ser breve. En otra vida nací en Madrid, España, estudié periodismo y me hacía inmensamente feliz pasar las horas con los amigos en los parques de mi capital. Luego estudié un máster en Cooperación Internacional y Acción Humanitaria y entonces me obsesioné con los derechos humanos, las desigualdades y las luchas diarias que arrastran tantas vidas anónimas. Quería contar sus historias. Alguna vez fui inmigrante y me marché a Colombia a buscarme la vida. Nunca volví a ser la misma. Me enamoré de la salsa, del tamal y de la palabra 'chimbita'. En alguna vida he sido redactora de Publicaciones Semana y editora de su revista de educación. Entonces empecé a tomar conciencia de lo mala, malísima, que es la gente que roba el dinero que les corresponde a los niños. En otra vida, y por un breve periodo de tiempo, me convertí en editora de Soho.co y en analista política del canal de televisión France24. También escribí para los portales Vice, Pacifista, y un libro bellísimo de crónicas sobre mujeres en el posconflicto colombiano, financiado por ONU Mujeres, lleva mi firma. Ojalá el libro hubiera tenido la repercusión que se merece... En otra vida, fui redactora de El Tiempo y confirmé mi pasión por los cierres: la agitación, el desmadre y el subidón de adrenalina. Solo lo sabe quien lo vive. Antes de eso, me marché a Israel y Cisjordania con una beca periodística de un mes de duración para tratar de entender aquello que jamás entenderé: la maldita guerra. Luego me convertí en nómada y viajé con mi mochila a cuestas por el mundo. En esa vida de caracol, entendí que no es más feliz quien más tiene, y el desapego se convirtió en mi pasión. En esta vida, el coronavirus me arruinó el viaje y tuve que regresar a mi país y redefinir aspiraciones. Y en todas esas vidas siempre, siempre, siempre he sido periodista. Y así será en las siguientes. Si me dejan...